Domingo 6 de abril: Hennepot Ronde van Vlaanderen

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Ya está aquí, ya llegó. La carrera ciclista más amada del país que más ama las carreras ciclistas. La Vuelta a Flandes. De Ronde van Vlaanderen. Le Tour des Flandres. De Ronde.

El Mrkt, o Plaza Mayor de Oudenaarde, donde acaba hoy la carrera, justo al lado del Centrum Ronde van Vlaanderen.

El Markt, o Plaza Mayor de Oudenaarde, donde acaba hoy la carrera, justo al lado del Centrum Ronde van Vlaanderen.

De Ronde es también la carrera favorita de un sector muy nutrido de la afición, y es el momento culminante de la temporada flamenca de clásicas empedradas. El segundo Monumento del año. Como carrera lo tiene todo: es durísima, suele tener un desarrollo imprevisible, tiene una rica y larga historia, un paisaje característico y reconocible, un aura mítica, y no la suele ganar cualquiera. Pero tampoco vale con ser el más fuerte: hay que correr inteligentemente, y además te tiene que respetar la suerte (o hacerte tú respetar por ella). Aunque sin ser fortísimo tampoco ganas, por mucha suerte que tengas.

Cancellara ganó el año pasado, sacando de rueda a Sagan en lo más duro del Paterberg.

Fabian Cancellara ganó el año pasado, sacando de rueda a Sagan en lo más duro del Paterberg.

La carrera parte de Brujas, y finaliza en Oudenaarde, ciudad que alberga el museo dedicado a esta prueba. Las cunetas se llenan como en contadísimas carreras, aunque haga frío o llueva, lo que no es infrecuente. Los muros (cuestones en su mayoría adoquinados) de las «Ardenas Flamencas» (ese laberinto de carreteruchas de labranza que hay entre Ronse y Oudenaarde) rebosan de aficionados (quienes a su vez rebosan de cerveza), ruidosos y enfervorecidos. Para esta ocasión tan señalada (aparte de sugerir platos flamencos que ya hemos propuesto para otras carreras como la Carbonade o el Waterzooi) hemos optado por un plato frío, bueno para comer al aire libre, que se puede llevar de picnic (pero se puede disfrutar igual de bien en casa), y flamenco como pocos. El Hennepot.

El Oude Kwaremont es otro de los puntos decisivos de la carrera. Quizá el que más.

El Oude Kwaremont es otro de los puntos decisivos de la carrera. Quizá el que más.

El Hennepot es una gelatina de carnes variadas, ácida y aromática (y que a mí me encanta, y eso que no me suelen gustar las gelatinas). Originaria de la localidad de Poperinge, casi en la frontera francesa, es típica de todo Flandes (incluyendo de la Flandes francesa -que existe-, donde recibe otro nombre: Potjevleesch).

DE RO

Póquer de carnes.

Ingredientes: póquer de carnes, aromas y textura.

Para esta preparación, hemos optado por echar pollo (pechuga), conejo (en trozos), ternera (morcillo), y cerdo (lomo alto), pues como la carne tiene que ir deshuesada al final, y somos muy vagos, así sólo ha habido que deshuesar el conejo. Cantidades: como un cuarto de kilo de cada carne. Vegetales: ajo, chalota, apio, puerro. Vino blanco seco. Vinagre de vino. Gelatina, en este caso en polvo (se puede prescindir si se emplean muchas carnes ricas en colágeno como morcillo, faldas, carrilleras, manos…). Un limón y medio (como poco). Hierbas frescas, las que haya: en este caso han sido cebollino, laurel, eneldo, perejil, tomillo. Sal y pimienta.

Rodajas de limón como para media docena de cubatas. No os cuento cómo huele el guiso a partir de aquí, que dan ganas de ni esperar a hacer la gelatina.

Rodajas de limón como para media docena de cubatas. No os cuento cómo huele el guiso a partir de aquí, que dan ganas de ni esperar a hacer la gelatina.

Preparación:

Este es un plato tradicional del que, como para todo plato tradicional, caben muchas variantes. Nosotros hemos empezado por saltear las carnes en un sartén grande con un poco de aceite mezclado con mantequilla. Cuando se han dorado, hemos añadido el ajo, la chalota, el apio, y el puerro, todo picado, además de un poco de tomillo y de eneldo. Luego le hemos echado casi un limón en rodajitas. Lo hemos dejado diez minutillos a fuego bajo, y le hemos añadido un chorro de vinagre y media botella de vino blanco (hay quien echa una copita, y hay quien echa una botella entera, y hay quien echa cerveza en vez de vino, y aun quien le echa caldo, y habrá quien lo haga con agua del grifo: lo importante es prever que ese líquido va a ser luego la gelatina, y calcular cuánta sustancia gelatinosa debe rodear los trozos de carne). A continuación hemos añadido un sobre de gelatina neutra desleído en un vaso de agua.

Regando con bien de vinillo blanco.

Regando con bien de vinillo blanco.

Entonces nos hemos llevado la sartenaca (que en este punto pesa unos tres kilos, y hacen falta las dos manos para moverla, y eso sin quemarse) al horno (precalentado), y la hemos dejado al menos tres buenas horas a 150 grados. La sartén, tanto en el horno, como antes en el fogón, debe quedar tapada siempre que sea posible: hay que conservar el líquido. Al cabo de las tres horas, sacamos el cacharro del horno y y nos ponemos a pescar con una espumadera todos los trozos de carne (aquí es donde se deshuesan las carnes, que hemos visto que en nuestro caso sólo ha sido el conejo), y los dejamos aparte. Cogemos un molde de cerámica o cristal, y vamos colocando dentro, artísticamente, o como Dios nos dé a entender, los trozos de carne, alternando carne con hierbas frescas (las que haya, una pena no haber tenido estragón fresco esta vez) y rodajas de limón. Cuando ya hayamos puesto toda la carne, llenar el resto del molde (los huecos) con el caldo del guiso, colado y lo más limpio posible. Si tenemos, le ponemos un peso encima, y nos lo llevamos a la nevera. Que pase ahí un día y una noche. Ya está.

El Hennepot ya montado, a la espera de recibir el caldo gelatinoso e irse al frigorífico.

El Hennepot ya montado, a la espera de recibir el caldo gelatinoso e irse al frigorífico.

Servir:

Si la gelatina nos ha quedado tan sólida que se pueden cortar rebanadas de Hennepot, se puede uno hasta hacer un memorable bocadillo con un buen pan y quizá unas rodajas de pepinillo. Pero lo normal es que la gelatina quede muy viscosa pero tan firme, por lo cual, aunque sigue siendo igual de posible hacerse el bocadillo, lo más indicado es un plato. De cartón si estamos al borde de la cuneta del Oude Kwaremont, o normal si estamos delante del televisor. Buen pan, y algo de ensalada, que este plato es todo frescor. Tan fresco, tan herbáceo y limonoso, que juro que me entran ganas de recomendar acompañarlo de Ribeiro. Pero sería sacrílego. Este plato se toma con una buena cerveza, rubia o rojiza. Y De Ronde es una carrera que se ve tomando cerveza. Eso sí, si al acabar la carrera, y si ha ganado vuestro favorito, y os quedan hambre y ganas de celebrar… A este plato le sienta también muy bien un gin-tonic. Será por lo de las rodajas de limón.

El Koppenberg suele dejar las imágenes más espectaculares.. Y no todos pueden con la cuesta.

El Koppenberg suele dejar las imágenes más espectaculares.. Y no todos pueden con la cuesta.

En esta ocasión me gustaría brindar a la salud de toda la panda que nos va a hacer disfrutar el domingo: Cancellara, Sagan, Boonen, Thomas, Van Avermaet, Terpstra, Stybar, Vandenbergh, Vanmarcke, Chavanel, Degenkolb, Van Keirsbulck… Hasta a la de Wiggins, que se ha apuntado a última hora. Pero en especial a la de Dayer Quintana, el hermano menos bueno de Nairo, al que Movistar ha inscrito en esta carrera, y al que deseo que consiga finalizarla.

Rsultado final

Hennepot Ronde van Vlaanderen

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2 respuestas a Domingo 6 de abril: Hennepot Ronde van Vlaanderen

  1. David Ibáñez dijo:

    Fantástico este blog, se disfruta muchísimo leyéndolo. Habrá que ir probando a hacer las recetas. Felicidades

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